SOBRE LA CONDICIÓN JUVENIL

Tal vez estemos de acuerdo o no, pero más allá de los distintos territorios a los que pertenecemos, en estos tiempos de segunda modernidad; la condición juvenil atraviesa una ambivalencia y contradicción, además de una incertidumbre de futuro para la mayoría de las juventudes.
Las transiciones a la vida adulta que fueron lineales son
hoy casi nulas, siendo más bien circulares, estacionarias y autorreferentes,
con itinerarios biográficos normalizados y con diferentes modalidades de
trayectorias juveniles, que experimentan una crisis en el retraso de la
emancipación familiar plena con rasgos de ser una emancipación encubierta, la
del domicilio propio.
Una crisis de dos de instituciones tradicionales como la escuela y el empleo (sin obviar a la familia), lo que conlleva la dificultad en la transición hacia su inserción laboral, agudizadas por la crisis del pleno empleo, la flexibilidad laboral y el cambio en las relaciones laborales, la desestructuración y el desclasamiento social, la individualización, la privatización de los servicios y la desaparición del estado de bienestar, y el surgimiento del capitalismo informacional, el desarrollo tecnológico, entre otros.
Una crisis de dos de instituciones tradicionales como la escuela y el empleo (sin obviar a la familia), lo que conlleva la dificultad en la transición hacia su inserción laboral, agudizadas por la crisis del pleno empleo, la flexibilidad laboral y el cambio en las relaciones laborales, la desestructuración y el desclasamiento social, la individualización, la privatización de los servicios y la desaparición del estado de bienestar, y el surgimiento del capitalismo informacional, el desarrollo tecnológico, entre otros.
Conjuntamente se da una creciente autonomía individual en
lo emocional y afectivo en el mundo de los jóvenes. Estas crisis de la
condición juvenil se experimentan especialmente en los sectores más
desfavorecidos, son biografías, bricolaje, donde el yo-yo es algo casi
característico, como que las familias se han convertido en nichos, en estancias
donde lo jóvenes deben (quieran o no) permanecer y/o transitar, así como sus
nuevas familias, hijos/as, esposas/os, aún incluso cuando muchos de estos
jóvenes tengan una profesión o titulación, ya que no pueden acceder a su propia
vivienda e independencia económica, sin que esto evidencie una emergencia, de
manera que se pueda percibir que existen múltiples formas de vivir la juventud. Es prominente también la naturalización y estigmatización social de los
jóvenes, así como la dificultad social de visibilizarlos de modo positivo, esto
es fruto de resistencias de paradigmas que presentan a los jóvenes como
problema, como una etapa preparatoria, como una moratoria, favorecida por las
tensiones generacionales (adultocentrismo, adultismo o bloqueos
intergeneracionales).
Siendo todo esto líquido, longitudinal. Ante tal realidad, más aún para aquellos que vivimos en contextos que sufren fuertemente la individualización y las tensiones de lo global y lo local, podríamos caer en una mirada desalentadora, por ello me parece que debemos celebrar otras miradas, por ello me encantan los textos de Dina Krauskopf que siguen apostando y trabajando por otras condiciones de lo juvenil, que dan a los jóvenes un rol protagónico y estratégico de desarrollo, que promueven su participación ciudadana, proyectando así una visibilización positiva y de participación protagónica, de empoderamiento y autonomía, así también es necesario celebrar estas nuevas miradas que intentan dialogar intergeneracionalmente con lenguajes que enriquecen y construyen el mundo de los jóvenes desde la vivencia adulta, desde una visibilización que empodera y ayuda a descubrir juntos horizontes nuevos.
Siendo todo esto líquido, longitudinal. Ante tal realidad, más aún para aquellos que vivimos en contextos que sufren fuertemente la individualización y las tensiones de lo global y lo local, podríamos caer en una mirada desalentadora, por ello me parece que debemos celebrar otras miradas, por ello me encantan los textos de Dina Krauskopf que siguen apostando y trabajando por otras condiciones de lo juvenil, que dan a los jóvenes un rol protagónico y estratégico de desarrollo, que promueven su participación ciudadana, proyectando así una visibilización positiva y de participación protagónica, de empoderamiento y autonomía, así también es necesario celebrar estas nuevas miradas que intentan dialogar intergeneracionalmente con lenguajes que enriquecen y construyen el mundo de los jóvenes desde la vivencia adulta, desde una visibilización que empodera y ayuda a descubrir juntos horizontes nuevos.
Cabe destacar, aunque de modo lento, que van
configurándose políticas sociales de inclusión de los jóvenes, políticas
diferentes y complementarias (aunque es evidente que hay que profundizar y
desarrollar muchísimas más) desde distintos frentes, como por ejemplo los
consejos de participación juvenil en gobiernos locales y regionales, el
programa Jóvenes a la Obra del Ministerio de Trabajo, entre otras iniciativas
público-privadas, aún con todo lo controversial en lo que se refiere a la
ejecución de estas políticas y proyectos.
La condición juvenil también exige incluir esta mirada
esperanzadora de cara a una realidad de incertidumbres. La condición juvenil
nos interpela, sobre todo a los actores que trabajan con jóvenes, a no ser sólo
tecnócratas de la juventud, sino a ponerse en el lugar del otro, a descubrir
rostros vivientes, deconstruir y desnaturalizar críticamente la realidad, para buscar
construir juntos, (sociedad civil, estado, empresa, otros) nuevas puertas que
permitan mirar el hoy y entrever estrategias de futuro, para salir de la rueda
de la fortuna que expresa Gil Calvo, pues a nivel personal los jóvenes
contrariamente a esto, anhelan compromisos, protagonismo, creer en sí mismos y
que otros "adultos" apuesten por ellos (más allá del marco de Gil
Calvo sobre las transiciones contingentes, irrelevantes y de segregación
emergente, piénsese en el planteo que hace acerca del pronto vivencia de la
sexualidad). A continuación, presento un resumen de las cuestiones que
surgieron en el Foro de la maestría de Flacso 2011 y también dejo puntas para
seguir pensando la realidad latinoamericana:
1) Trayectorias juveniles: Como muchos de ustedes
comentan los jóvenes de mayor nivel socioeconómico tienen la posibilidad de
elegir y los de menores recursos económicos no tanto. Yo diría más bien que el
abanico de opciones son distintas entre unos y otros. Pero si efectivamente hay
un cambio en las trayectorias juveniles que tiene que ver con la
individualización de las trayectorias.
Es decir, el joven es protagonista de su vida, de sus
estrategias y tácticas. Quizás la diferencia este en las posibilidades que
tiene cada joven de hacer su trayectoria más o menos libre de los
condicionantes estructurales, geográficos, sociales y culturales. En este
sentido, se podría pensar lo que respecta al término “dirección” como cambio.
2) Transición a la vida adulta: Alguno de ustedes
comento, que “la Trayectoria juvenil se desnaturaliza al perder su meta final
de llegada, que era la emancipación familiar”. Y se pone en cuestión, si la
juventud, ha dejado de ser el paso previo para alcanzar la adultez. Esta es una
de las cuestiones que están en discusión y debate hoy en día, entre los
investigadores que realizan estudios sobre juventud. Poco se sabe sobre qué es ser adulto hoy, o que piensan
los jóvenes sobre ser adulto. Ahora bien, más allá de estos interrogantes, y
más allá de las idas y vueltas que caracteriza en su mayoría las trayectorias
juveniles, la juventud sigue siendo una etapa de decisiones, que posiblemente
marque el futuro de la trayectoria y el abanico de opciones futuras. Como
ustedes mencionan, los ejemplos de estas marcas, pueden ser el embarazo adolescente,
dejar los estudios, entrar en la guerrilla, etc. Pero lo novedosos de la transición, tiene que ver con el
contexto en el que se dan, un contexto de incertidumbre, esa incertidumbre que
puede ser para algunos de fortuna y para otros de lotería.
3) Figura del adulto: También surge la importancia del
vínculo de los jóvenes con los adultos. Algunos señalaron que “Los jóvenes
necesitan respuestas”, y que los adultos deberían cumplir el rol de guías. En algunas investigaciones recientes, surge que la familia
sería “la única” institución que daría seguridad y soporte a las estrategias de
los jóvenes. Esto es interesante de analizar ya que frente a los procesos de
des-institucionalización e individualización, es la familia y no el Estado el
que provea de estas “seguridades” para el futuro de los jóvenes.
4) Pensar la juventud como generación: Como bien se
señaló, respecto a pensar la juventud combinada con la edad y por lo tanto
pensar a la juventud vinculada a una generación, nos da un marco para contextualizar
en un momento histórico determinado, las transiciones juveniles de las cuales
podemos analizar. Pensar en términos de generación es hablar de un grupo de
personas, identificada por la edad, que vivieron en un momento determinado
procesos económicos, sociales y culturales. Y en este sentido, pensar por
ejemplo, el abanico de posibilidades como se da en el actual contexto
latinoamericano y como se combinan en ese ser joven hoy con la dimensión
individual y estructural.
5) El papel de la Educación en las trayectorias de los
jóvenes: Rescato algunos interrogantes que se mencionan “¿Qué papel cumple la
educación como herramienta transformadora de las transiciones y ulteriormente
de las trayectorias?, ¿Cuáles son los retos de la educación en el siglo XXI, bajo
estos contextos juveniles?” además de la necesidad de diversificar las
orientaciones de la formación, ayudaría a vincular la educación y el empleo en
el desarrollo de las economías locales. Estas cuestiones del vínculo
educación-trabajo son las que debemos a empezar a discutir.
6) El protagonismo de los jóvenes y las políticas
públicas: por último, muchos concuerdan en resaltar el protagonismo de los
jóvenes como actores estratégicos del desarrollo, y la necesidad de que ellos
se involucren en el cambio y en la acción.
Pero bien destacan que para que eso sea posible, es necesario no sólo brindar las herramientas necesarias para potenciar a los jóvenes, sino que es necesario que el Estado genere espacios para que eso sea posible. Por eso a veces me pregunto si no es la sociedad (comunidad adulta y medios) la que nos dice que vamos por el buen camino, si esto es positivo o no, pero a la vez vemos como se rompe el molde con experiencias de personas que todo lo tenían en contra y sin estudios (formación académica), con fracasos y sin políticas públicas que los apoyen, logran trayectorias de vida impresionantes, debido a su capacidad de innovación, que está muy vinculada al ideal de la condición juvenil, que son antagónicas a las transiciones direccionadas por la familia; que se vuelven reversibles por las tendencias sociales, debido a la inestabilidad y la falta de claridad para la toma de decisiones, por las diferentes dificultades que les toca vivir en el trayecto de vida.
Respecto a la debilidad y caducidad de referentes teóricos ¿no se debe más a que se trabaja con un grupo en constante movimiento y referente de los cambios sociales? ¿No debería haber una metodología que nos proyecte ver más las tendencias de los niños y adolescentes además de los jóvenes activos hoy?
Pero bien destacan que para que eso sea posible, es necesario no sólo brindar las herramientas necesarias para potenciar a los jóvenes, sino que es necesario que el Estado genere espacios para que eso sea posible. Por eso a veces me pregunto si no es la sociedad (comunidad adulta y medios) la que nos dice que vamos por el buen camino, si esto es positivo o no, pero a la vez vemos como se rompe el molde con experiencias de personas que todo lo tenían en contra y sin estudios (formación académica), con fracasos y sin políticas públicas que los apoyen, logran trayectorias de vida impresionantes, debido a su capacidad de innovación, que está muy vinculada al ideal de la condición juvenil, que son antagónicas a las transiciones direccionadas por la familia; que se vuelven reversibles por las tendencias sociales, debido a la inestabilidad y la falta de claridad para la toma de decisiones, por las diferentes dificultades que les toca vivir en el trayecto de vida.
Respecto a la debilidad y caducidad de referentes teóricos ¿no se debe más a que se trabaja con un grupo en constante movimiento y referente de los cambios sociales? ¿No debería haber una metodología que nos proyecte ver más las tendencias de los niños y adolescentes además de los jóvenes activos hoy?
En lo referido a la transición laboral y familiar, en el
ámbito rural donde el 75% de la PEA es agrícola, ¿es positivo o viable hablar
de transición escuela-trabajo, cuando una está completamente desconectada de la
otra? y si la tierra que es el factor de producción fundamental del trabajo
rural no es heredada de manera legal hasta los 50 años, junto con el acceso a
vivienda ¿de qué transición a la emancipación juvenil hablamos?, aquí a la
juventud, no debemos enfocarla en la transición, que es bastante tardía, cuya
construcción social repite los modelos de siglos pasados, con realidades
globales bastante diferentes.
Unas de las preocupaciones que encuentro e es el
debilitamiento del pleno empleo, el estado de bienes y el consumo de masas que
en las zonas rurales, pueden no haber logrado consolidarse, y que en algunos
casos recién están siendo conocidos, lo que llevan a trayectorias típicas y
decisiones adaptativas o de resignación al modelo de exclusión y
marginalización, porque en este sector desde siempre las transiciones han sido
desestandarizadas, diferenciadas y fragmentadas, biografiadas e
individualizadas justo por su vulnerabilidad. Algunas preguntas que tengo son ¿Cómo resistir a la
competitividad laboral en desventaja? ¿Cómo mantener el sentido de coherencia
con una familia migrante, con un círculo restringido de amistades, con
educación inconclusa de mala calidad y un trabajo no digno? ¿Cómo integrar o
por lo menos hacer interactuar, a las diversas juventudes, con el uso de sus
condiciones de vidas colectivamente? y si no hay referentes claros ¿la
transición puede volcarse eterna?
Actualmente las redes sociales están modificando el actuar de muchos niños y jóvenes, que se adaptan para poder acceder a las nuevas tendencias tecnológicas, donde no es necesario presentar su verdadera identidad, aparentando ser mayores o subiéndose la edad, o a muchos adultos hacer lo inverso, disminuyéndose la edad, para poder acceder a las dinámicas del público juvenil, adelantando o retrasando de manera virtual y artificial la construcción de su proyecto de vida o transición, interactuando como personajes ficticios entre sus pares virtuales, por lo habría que ver también por allí como las juventudes se están definiendo y asociando, y sobre todo construyendo su visión de realidad y capacidad crítica para analizar el contexto.
V.
Alexis Oré Z.
EGPP
- PUCP
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