ESTRATEGIAS DE LA JUVENTUD RURAL PERUANA PARA SUPERAR LA POBREZA
08.Agosto.2016.- El informe Población Juvenil en
el Perú, Cifras Regionales 2015 presentado en julio 2016, nos lleva nuevamente
al debate sobre las brechas entre la juventud rural y urbana, y el
estancamiento de la reducción de la pobreza en las zonas rurales. Aunque este
informe, no da mayor información sobre juventud rural y urbana diferenciada, se
puede concluir desde el análisis de las variables de este Informe con la Encuesta
Nacional de Juventud – ENAJUV (2012) y Perú: Estudio de la Pobreza Juvenil
(2010).
Según el último informe de Pobreza del INEI (2016), esta alcanza al 41,18% de la población juvenil rural, mientras que su distribución según el Estudio de Pobreza Juvenil (2010), los departamentos de Cajamarca, Cusco, Huánuco, Junín, Piura y Puno concentran el 50,7% de la juventud rural y las regiones de Huancavelica, La Libertad, Apurímac, Loreto y Huánuco son las más pobres con más de 70% de incidencia, seguidas de Pasco, Ayacucho, Puno, Amazonas y Cajamarca con más del 58% de incidencia, que en promedio nacional no se ha reducido mucho (43,52% al 2010).
Asimismo
llama la atención, la diferencia de datos respecto a la población juvenil rural
de la ENAJUV y el Censo del 2007, es: la primera 1’278,983, que representa el 15,65%
del total de la población juvenil y la segunda 1’643,077, que representa el 21,75%,
cuya movilización está dada por las características que tiene un Censo respecto
a una Encuesta, la primera porque es programada y la segunda porque es dinámica
y voluntaria, y se explica por la migración temporal de los jóvenes rurales en
busca de oportunidades de educación y empleo en zonas urbanas aledañas,
configuradas como algunas de las estrategias utilizadas para superar la
pobreza.
Otros
datos a relacionar en este Informe de Población Juvenil es la estrecha relación
que existe en diversas variables a nivel departamental, pues a menor índice de
pobreza existe mayor número de jóvenes con contrato de trabajo formal y a mayor
índice de población con nivel de educación superior, se tiene mayor acceso a
servicio de Internet.
Mientras
que entre los datos a resaltar para complementar esta nota, es que la
diversificación profesional de las carreras con mayor demanda, (cuya
preferencia por carreras agropecuarias no supera el 10%), es inversamente
proporcional al porcentaje de los sectores que en
su mayoría están empleados los jóvenes rurales y la
vocación productiva de sus territorios, que es principalmente de mano de
obra no calificada agropecuaria, además con un 78,2% que gana menos de S/.
600.00 al mes (30,8% sin ingresos) y que en promedio tiene un 53,8% que alcanzó
algún grado secundario de nivel de estudios.
Las políticas públicas
para favorecer a la juventud rural han sido muy poco eficaces, debido a que no
han aterrizado en acciones concretas, desde tratados internacionales, pasando por
la Estrategia Nacional de Desarrollo Rural, las
Políticas Nacionales Obligatorio Cumplimiento y los Lineamientos
de Política Nacional de Juventud y Plan Nacional de Juventud,
teniendo un Ministerio de Agricultura desentendido de acciones
focalizadas en favor de este sector y una Secretaria Nacional de Juventud con
muy poca experiencia y voluntad política para enfrentar
su problemática, es por eso que
estos jóvenes se han visto en la necesidad de generar sus
propias estrategias, ayudados en parte, pero insuficientemente por
el crecimiento económico, y una mayor cobertura educativa, pero con
un enfoque de apoyo más institucional por parte de las Fuerzas Armadas y
la Policía Nacional.
Se puede concluir, que la lenta disminución de pobreza en la juventud rural en los últimos años, se debió principalmente a las estrategias de migración en busca de oportunidades de educación y empleo que este sector busca, reduciéndose el número de esta población y aumentando los bolsones de pobreza en determinados territorios de las ciudades urbanas del país, siendo urgente determinar las vocaciones productivas de los diversos territorios del país, de manera que pueda redefinirse la oferta e infraestructura educativa en las zonas rurales, que aporte a la productividad de la Población Económicamente Activa en el lugar y no en las expectativas que tienen los interesados en migrar.
Victor
Alexis Ore Zevallos
Especialista
en Juventud
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