VIABILIDAD PARA EL DESARROLLO DE LA JUVENTUD EN LAS ZONAS RURALES
Existen varias características que ponen en peligro
la viabilidad del desarrollo juvenil rural mediante las políticas públicas vigentes,
ya que en su mayoría provienen de comunidades cuyo desarrollo se sustenta en la
pequeña agricultura familiar, no siendo comparativo con el desarrollo juvenil
urbano;
Primero, por su ubicación en zonas de poca
población, dispersas, alejadas y sin infraestructura, situación que hace que
acceder a educación secundaria y superior se desarrolle en un proceso de
migración temporal, que en la mayoría de casos se convierte en permanente hacia
las zonas urbanas más cercanas, sumado al permanente discurso de expulsión que
los profesores y los padres de la familia inculcan a sus hijos por la histórica
falta de oportunidades, sin considerar las capacidades de innovación que pueden
aprovechar y ofrecer en el interior de la empresa familiar como socios
intraemprendedores;
Segundo, su situación de trabajador familiar sin
remuneración que no es valorada, concebida culturalmente para que asegure la
sostenibilidad de la empresa familiar, al más bajo costo, por ser hijo de familia
y como contraprestación a los servicios de alimentación, vivienda, abrigo,
movilidad y educación, no siendo este un derecho gratuito como lo es en las
familias urbanas, condición que se convierte en un problema cuando al cumplir
el joven 18 años queda desprotegido de cualquier beneficio social que tenga el
padre, como lo es el Seguro de Salud, el Programa Alimentario u otro programa
social a pesar de seguir siendo parte de la Empresa Familiar;
Tercero, su desarraigo progresivo de la familia en
busca de su independencia y mejoras económicas originados por modelos de
desarrollo urbanos porque en las zonas rurales la cantidad de tierra es
limitada y en donde debería primar la asociatividad en función de la parcela
original siendo el punto de partida del desarrollo rural de las comunidades
alejadas y dispersas;
Cuarto, su esperanza en la utopía de la
organización juvenil rural, que busca hacer valer sus derechos que pregonan las
políticas especificas de juventud rural, que en su mayoría van en contra de la
dinámica de la empresa familiar, la cultura y el desarrollo rural,
Quinto, su función de renovación ante el
envejecimiento del trabajador campesino que necesita hoy más que nunca de los
jóvenes, su innovación, con nuevas herramientas tecnológicas sin perder los
saberes ancestrales de sus comunidades que son transmitidos por generaciones,
en procesos familiares integrales y comunitarios; para lo cual el estado debe
promover la jubilación digna de estos campesinos adultos mayores
Sexto, su dicotomía como trabajador sin derechos de
una empresa familiar rural, que necesita de la horizontalidad como solución
para ser más competitiva, en el modelo actual de libre mercado y su rol de
integrante de la familia núcleo básico de la sociedad y formadora en valores de
las nuevas generaciones, donde la verticalidad es necesaria para su integridad
y respeto a los valores;
Cabe indicar su mirada permanente hacia una
sociedad urbana, la moderna, la desarrollada, la de mayor tecnología y que
genera mayores ingresos económicos, pero donde los valores tienen un doble
discurso y en continuo deterioro y la delincuencia urbana como opción de vida es
cada vez mayor.
Entre las principales soluciones asumidas por los jóvenes
esta abandonar los campos por no ser rentables para sus expectativas, por ser
lugares de trabajo donde la socialización se circunscribe a la familia y no le
amplia horizontes de opciones de vida, se debería generar la conformación o
fortalecer las ciudades intermedias con una mayor concentración de personas, de
manera que se consoliden mercados más grandes que impulsen otras opciones
productivas, es claro que esto generaría un problema de soberanía y seguridad alimentaria
para las ciudades, ya que no existiría mano de obra joven para producción de
alimentos para el consumo interno y al no ser productivo la unidad agrícola, generando
incluso el trabajo infantil en los más pequeños, o en su defecto los pequeños
propietarios tendrían que vender sus parcelas generando latifundios por
concentración de tierras, y cuyos dueños impondrían precios manejando monopolios,
siendo otra opción la importación de productos alimentarios que en su mayoría
son transgénicos o de menor valor nutritivo.
El proyecto Sierra Productiva del Instituto para
una Alternativa Agraria que promueve el Ing. Carlos Paredes nos presenta un
modelo de cómo afrontar con la juventud el desarrollo rural, pero necesita de
algunos ajustes para que sea más intergeneracional y atractiva a las nuevas
generaciones en estos procesos de integración urbano-rural.
Revisar
aquí http://www.sierraproductiva.org/yachachiq/Home/Yachachiqs
Comentarios
Publicar un comentario