"MARKETEANDO" TRAYECTORIAS DE VIDA JUVENILES POSITIVAS E INTERPRETANDO SUS CULTURAS

Según estudios la FLACSO, las dos expectativas de la vida juvenil, son la independencia económica y la independencia emocional, la primera ligada a la generación de riqueza y acumulación de activos y la segunda a la capacidad de ser alguien en la sociedad, que con el modelo de desarrollo actual encaminado al consumismo desmedido, y los medios de comunicación sin moral, crean confusión sobre la priorización de estas dos expectativas, el ser o el tener, ya que dependiendo de lo primero que logre, marcara el derrotero de su vida.

En el camino para la independencia emocional de los jóvenes, están las Culturas Juveniles, procesos de generaciones, “ghetos” o grupos juveniles, que tienen sus inicios con la masificación de la radio y la televisión, que genero movilización de jóvenes, alrededor de estrellas musicales, artistas de cine, televisivos, entre otros personajes mediáticos, que se construyen cómo referentes de estilos de moda y formas de vida, que “marketeramente” posicionan sus promotores hasta convertirlos en pseudoreligiones o cultos, con consecuencias que pueden ser positivas o catastróficamente negativas, si es que no se sabe encaminar o canalizar la energía juvenil.

Con el crecimiento y luego con el control demográfico y con un mayor nivel educativo, sobre todo tecnológico, en esta época del boom del conocimiento, los jóvenes, no solo buscan un lugar en la sociedad, y una identidad, sino diferenciarse del otro y sobre todo de los padres, para no validar las reglas que ellos les imponen, que para ellos en muchos casos no son lógicas.

Esto debido a la falta de consejeros familiares intergeneracionales, con capacidad socio histórica, que puedan entender la evolución de las familias, por ejemplo la evolución de las clásicas familias biparentales a familias monoparentales (solo la madre) o multiparentales (con abuelos, tios, etc.), con reglas adquiridas en distintos momentos históricos, con comportamientos sociales ayer validados y hoy rechazados, justificadas por otros males de la sociedad como la violencia, y en contra de valores como el perdón, el esfuerzo, entre otros, lo que los debilita como referentes o modelos de trayectoria de vida para sus hijos y familiares menores.

Estas culturas juveniles tienen elementos externos identificables y elementos internos construidos, por especialistas de marketing, con estrategias de fidelización al cliente, captando susemociones y la confusión de sus valores, los cuales no son fortalecidos en la trayectoria de vida, sino que van siendo denigrados con campañas mediáticas, que personifican las instituciones, convirtiendo a las instituciones en personas, sin capacidad de reacción y comparándolas con otras concebidas en otro momento histórico, generando lógicas retorcidas y no relativas.

También están los movimientos de culturas étnicas (afros e indígenas), ambientales, feministas, de derechos (sin deberes), emprendedoras y empresariales, estas tienen que ser analizadas en su real dimensión, pues aunque parecen justas, los métodos para sus reivindicaciones, los convierten en modelos contra los que luchan. En pocas palabras hay que saber venderse y en ese escenario la pastoral juvenil, tiene que identificar que otras oportunidades le ofrece al joven, y como se articula a oportunidades existentes, similares o complementarias a su dinámica territorial o temática: más allá de la tradicional formación para recibir los sacramentos, que los congrega temporalmente, y no los afirma, ni ¿los convierte en referentes para las generaciones venideras?; pregunta que no solo deben hacerse los jóvenes, sino también los acompañantes y formadores.

V. Alexis Ore Zevallos

Especialista en Juventud